No existe el “espíritu de la Navidad”

Descubramos la centralidad de la celebración de la Navidad cristiana y no caigamos en prácticas confusas que nada tienen que ver con nuestra tradición.

La Navidad es una época hermosa que vivimos para celebrar el nacimiento de Cristo, nuestro Salvador. Sin embargo, el mundo con el paso del tiempo ha dado lugar a elementos que nada tienen que ver con el sentido cristiano, pero sí plagados de elementos propios en diferentes culturas, sumado a la Nueva Era, mezclando estos elementos para darle un sentido peligroso.

Es preocupante el creciente surgir de un elemento llamado “el espíritu de la Navidad”, algo etéreo, invisible que parece que posee a las personas para volverlas buenas en esta época. ¿Existe tal espíritu? Mientras la Iglesia nos pone figuras como el profeta Isaías, San Juan y la Santísima Virgen como modelos en Adviento para prepararnos para la Navidad, el mundo secular habla de un “espíritu”.

El espíritu de la Navidad es concebido no como una persona de carne y hueso, a pesar de que la leyenda así lo describe, sino más bien como una energía que viene desde del centro del sistema estelar y que llega año tras año para repartir, más que cosas materiales, aquello de lo cual los seres humanos no pueden prescindir: paz, amor, armonía y alegría. Como observamos, esto es pura Nueva Era, nada de sentido cristiano y vaciado del papel de Cristo en su venida a este mundo. 

Quienes creen en la llegada del Espíritu de la Navidad celebran el 21 de diciembre, exactamente entre las 10:00 y las 12:00 de la noche, un ritual para dar su bienvenida. ¿Por qué escogen esa fecha? El 21 de diciembre es el día más corto del año, que marca el solsticio de invierno. Este acontecimiento es celebrado en muchas culturas, asociados a cultos astrales. En muchos países de Europa, el solsticio de invierno se celebraba como el renacimiento del dios del sol, ya que a partir de esta fecha los días se van haciendo más largos.

El espíritu de la navidad es un elemento de tradición nórdica, que nada tiene que ver con el sentido auténtico de celebrar el Nacimiento de Cristo. Y lo peor es que busca suplantar el papel de Dios, ha sido la estrategia de la Nueva Era. Claro, eso es más fácil que enseñarle a las personas a celebrar la Santa Eucaristía en la Víspera del Nacimiento, que es como verdaderamente ofrecemos a Dios nuestras necesidades.

Tomemos conciencia de que no existe en la fe católica ningún espíritu de la navidad, y que quien se preste a esto, está entrando en un plano peligroso de superstición y paganismo. El verdadero espíritu es poner nuestra vida en oración, reflexión y preparación para celebrar la venida de Cristo, nuestro salvador.

 

Por Anwar Tapias Lakatt

Católicos Firmes en la Fe

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